lunes, 30 de agosto de 2010

No te tardes, Juan del Encina

¡No te tardes que me muero
carcelero,
no te tardes que me muero!
 
   Apresura tu venida
porque no pierda la vida                        
que la fe no está perdida:
carcelero,
¡no te tardes que me muero!
 
   Sácame de esta cadena,
que recibo muy gran pena                        
pues tu tardar me condena,

carcelero,
¡no te tardes que me muero!
 
   La primera vez que me viste,
sin lo sentir me venciste;                      
suéltame pues me prendiste,
carcelero,
¡no te tardes que me muero!
 
   La llave para soltarme
ha de ser galardonarme,                         
carcelero,
¡no te tardes que me muero!

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